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lunes, 1 de abril de 2013

Besos De Colores


Hay besos de todos los colores, ¿lo sabían?. Hay besos rosados, verdes, azules, rojos... De todos los colores que se les pueda ocurrir, o mejor, de todos los colores que se le pueda ocurrir a un niño. Sus besos son infinitos en variedad y en contenido. Y es que el amor sin límites tiene esa particularidad, hace que los besos sean de colores.

Les cuento también que esta maravilla no la aprendí yo sola, no. Me lo enseñó toda una eminencia en esto de los besos, mi hijo. Alguien que hace que cada beso sea especial, no solo por el color sino por sus dedicatorias y el deseo y la ilusión que imprime en cada uno de ellos.

Me pregunto si alguna vez también supimos este secreto a voces y de ser así, en qué momento comenzamos a olvidarlo, a ponerle tantos límites y rociarlo con tantos prejuicios que terminamos bloqueados. Qué bonito es ver la vida, y los besos, de colores. Yo, que creía ver muchos colores, me sorprendo cada día con las diferentes gamas que existen y que desconocía o había olvidado.

Y aún mas, los besos de colores, y los incoloros, también son curativos. Curan cualquier "pupa" con efecto inmediato. A mas besos menos pupas y mas risas y cosquillas.

No solo soy feliz por haber conocido esta realidad sino por tenerla cada día...
"-Mami, te voy a dar un besito rosado ¿si?
  -¿Un besito rosado?
  -Si mami, mira... ¡muaaackk!. ¿Lo ves? es rosado. Para tí siempre rosado mami. Y ahora ¿quieres uno verde?.
-Si, mi cielo, a mi me gustan todos tus besos, de todos los colores..."

lunes, 11 de marzo de 2013

La Forja De Una Suegra


Si tienes un hijo varón es imposible que no se te haya pasado por la cabeza en alguna ocasión (mas bien mas de una) el hecho de que muy probablemente algún día serás suegra. Menudo papelón, anda que no hay chistes al respecto y por muy "suegra guay" que seas no te librarás de alguna que otra sorna con retintín de vez en cuando.

Ayer he tenido una de mis primeros "sentimientos de suegra", está claro que una suegra no nace, se hace, y que la forja de una suegra comienza desde muy temprana edad. Ver cómo tu hijo de dos años y medio se lo pasa tan bien con su amiguita de cinco años y que en el momento de la despedida se posiciona para darle un buen beso en todos los morros no pasa desapercibido, créanme. Sobretodo si ese tipo de besos los ha tenido reservados solo y exclusivamente para su madre, o sea yo.

Que sí, que ya se que le estoy dando otra connotación al asunto pues él estaba tan feliz que esa fue la mejor manera de demostrarlo y que debería estar yo contenta por su felicidad y porque tenga días tan pletóricos rodeado de personas que le alegran la vida. Y, de hecho lo estoy, estoy feliz por todo eso. Pero es que, como he dicho antes, una suegra se hace y el sentimiento de posesión debe ser de los primeros en aflorar.

En mi defensa debo decir que soy consciente de todo, soy consciente del sentimiento racional y también del otro sentimiento, el que no es tan racional y que se atribuye tanto al concepto tan extendido de las suegras. Me hago el firme propósito de educar mis sentidos para que reine la racionalidad en mí y que aflore ésta con naturalidad pero estaré siempre con mis ojos bien abiertos para salvaguardar el bienestar de ese hijo que he traído al mundo. 
Comienza aquí la forja de una suegra...

viernes, 20 de enero de 2012

Desisto Y No

Hay tardes, como las de ayer, en las que simplemente desisto de recoger, desisto de cocinar, desisto de ordenar, y hasta desisto de caminar. Y si pudiera desistir de pensar seguro que también lo haría. Son días en los que el peque parece no querer ver nada en su sitio y todo lo que yo coloco él va detrás y lo vuelve a tirar. Está inquieto y se desespera. Y nos desespera.

Conozco esa faceta. Es su manera (y la de muchos otros) de llamar la atención y de mostrar su descontento ante algo que no sabe cómo expresar. Lo que traducido al lenguaje adulto significa: "¡Me aburro! ¡Quiero salir a distraerme y jugar ahora mismo!". 

Y si a esto le añades que justo ahora, y después de un montón de meses de dolores y molestias en la encía, es cuando sus dientecitos se empeñan en querer salir todos a la vez y que, como colofón, ayer le tocó vacuna de la varicela. El pobrecillo debe tener un volcán interior a punto de erupcionar y llevarse todo lo que encuentre a su paso.

Por eso, porque como su madre que soy, lo entiendo. Entiendo su frustración y su malestar. Y no desisto porque esté harta de recoger o porque mis esfuerzos sean infructuosos sino porque entiendo que su mensaje es de ayuda, de socorro. Y desisto para poder estar con él, para acompañarlo y hacerle pasar esos ratos de forma mas llevadera. Desisto Y No.

Solo hay que dar ese paso. Desistir de algunas obligaciones que pueden ser postergadas. Y no desistir de tu hijo, salir a pasear, calmarlo, distraerlo de lo que le pone irascible. A veces nos obcecamos y no sabemos verlo pero cuando lo hacemos, cuando escuchamos a nuestro propio instinto ¡cuánto agradecimiento recibimos!. 

Anoche me dormí con el eco de sus besitos chiquititos por toda mi cara y esta mañana, en cuanto se despertó, continuó por donde lo había dejado al dormirse, para que yo no pensara que había sido solo un sueño.


martes, 29 de noviembre de 2011

Un Secreto



¿Les cuento algo tierno, íntimo y muy nuestro?. Guárdenme el secreto. Aquí va:

Todas las mañanas, papi sale antes porque tiene que ir a trabajar y el peque y yo nos quedamos acurrucados haciendo tiempo hasta nuestra hora de prepararnos. Cuando a papi ya le queda poco para salir, el peque, quien yo creo que ya tiene controlados los tiempos, se quita la chupa y dice: "Papaaaaaaaaaá". Y acto seguido nos ponemos en posición de ser besuqueados al sentir venir los pasos emocionados de papi por la llamada. Papá nos llena de besos a los dos, miles y miles de besos y luego nosotros a él, bueno, más yo porque al peque le gusta mas que se los den. Cuando conseguimos despegarnos el peque despide con la manita a papi: "aiós".

Estos momentos están sucediendo en estos días, ahora, y soy muy consciente de ellos y se que los recordaremos por siempre. Serán de esos recuerdos entrañables e inolvidables y por eso quería compartirlos. Pero ssshhhhhhhhhhh.... no se lo digan a nadie... es Un Secreto... ;)


sábado, 26 de noviembre de 2011

Dulces Sueños Mi Amor


Se acaba de dormir mi pequeño. Lo he sabido como si fuese yo misma la que entrara en fase de sueño profundo. 

Hoy estaba cansado, ha tenido un día muy largo. Hasta nos ha ayudado con la compra en el supermercado. Desde dentro del carrito nos pasaba los productos para que los pusiéramos en la cinta de la caja registradora. Qué serio y qué concentrado estaba, y no se dio por vencido ni con las cosas mas pesadas. Después se empeñó en empujar el carro hasta el coche (guiado por nosotros, claro) y luego, de vuelta a dejar el carro en su sitio. Qué carita de satisfacción por el trabajo realizado tenía, por habernos ayudado y formar parte activa del trío que somos. Qué orgullosa estoy de él. 

Hoy estaba cansado, ha tenido un día muy largo y ha hecho todo lo que estaba en sus manos para dormirse pronto. Estaba entre mis brazos, encendí su estrellita musical y ahí empezó su ritual. Se lleva su manita a la orejita y canturrea un "aaaaaahhhhhhmmmmmmmmm"... Al poco rato, la chupa adquiere vida propia y comienza a moverse a lo "Maggie Simpson", y luego,  he notado cómo su cuerpo se iba relajando poco a poco, sus bracitos, sus piernas, su cabecita, y todo él...

Lo he acostado en su cuna y le he puesto sus calcetines para que no pase frío (es la única manera de que se los deje puestos). Le he tapado y lo he vuelto a besar por enésima vez en el día de hoy. Me he quedado un rato observándolo mientras dormía y, como si lo supiera, en sueños me ha brindado una preciosa sonrisa.

Dulces Sueños Mi Amor... 

jueves, 24 de noviembre de 2011

Llámenme Egoísta


Llámenme egoísta por haber querido (y podido) ser yo el recipiente donde se gestó mi hijo. Con qué ilusión viví mi embarazo, qué dichosa fui, y aún no tenía ni la menor idea de que esa iba ser sólo una pequeñísima parte de lo que me esperaba.

Llámenme egoísta por haber sido yo y solo yo la que disfrutara de los momentos más íntimos mientras lo amamantaba, esos preciosos, irrepetibles e inolvidables momentos.

Llámenme egoísta por estar encantada de que la primera palabra que dijera mi hijo fuese "mamá". Mamá, mamá...

Llámenme egoísta por tener la oportunidad de verlo despertar cada mañana y presenciar el sol de su sonrisa.

Llámenme egoísta por querer ser yo quien lo bese y lo tape cada noche antes de irme a dormir.

Llámenme egoísta por querer compartir cada progreso que él hace y por querer pregonar a los cuatro vientos el amor que él inspira en todos los que le rodean.

Llámenme egoísta porque hace tan sólo tres días mi hijo me miró con dulzura, se abrazó a mi cuello y me llenó de besos. Sus primeros besos, besos conscientes, fueron para mí.

Llámenme egoísta, llámenme egoísta...