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viernes, 29 de junio de 2012

Soñando Felices



Hoy tengo algo que contarles, es un hecho empírico, el producto de un estudio que hoy cumple algo mas de 22 meses. Un estudio sin documentar, a no ser que lo escrito en este blog sirva como tal. Y es que todas las madres, en su mayoría, somos expertas en la observación de nuestros hijos, siempre queriendo adelantarnos a sus necesidades y peticiones para tenerlos siempre bien atendidos y felices.

Ante esta circunstancia los libros escritos sobre niños nos pueden servir de guía y de ahí tomaremos consejo en función de nuestra propia realidad. Pero casi siempre sabremos por instinto o por prueba y error que no todos los consejos nos vienen bien. Y es que no solo me he basado en la observación para obtener lo resultados de mi estudio, también probamos "el método" alguna vez. Fueron sin duda los peores días de nuestra convivencia. Dramas, llantos e infelicidad y ninguna aceptación por ninguna de las partes.

Les cuento ahora nuestro hecho empírico. Nuestra realidad es que, el lugar, el momento, en el que mi hijo se siente mas feliz, mas arropado es entre papá y mamá, ya sea en la cama, en el sofá o en la parte de atrás de un coche. Es feliz con nosotros. Y me atrevo a asegurar que sus sueños mas placenteros los ha tenido mientras colechamos. 

Pero mi hecho empírico no acaba ahí, he de añadir además, que a mi me ocurre lo mismo y hablo por papá cuando digo que también. No habrá libro o guía que nos convenza de lo contrario porque este es nuestro hecho empírico, demostrado y aceptado por los tres. 


Mi hijo es feliz, es muy extrovertido, es muy vital, con mucha fuerza y carácter y mucha seguridad en sí mismo. Posiblemente ya venía en sus genes pero estoy convencida de que hemos ayudado a potenciarlo y no a limitarlo o a anularlo. Esa es la conclusión de mi estudio, y creo firmemente que es un claro indicador de que lo estamos haciendo bien aunque algunos libros digan lo contrario. Es nuestra realidad, feliz y plenamente aceptada por los tres.

martes, 7 de febrero de 2012

Pérdidas Innecesarias


Hace unos días me encontré con la siguiente frase de Paulo Coelho: "Cuántas cosas perdemos por miedo a Perder...". Se me ocurren muchos sentimientos de pérdida a los que asociar esta frase, es más, este tipo de frase tan genérica normalmente hace que  cada uno la interprete según lo que mas le preocupa en el momento. Yo no he podido evitar compararla con el mundo en el que estoy tan involucrada, el de la maternidad
De repente, se han agolpado en mi mente un montón de momentos que muchos pierden por miedo a perder:
  • Dormir con tu hijo: cuántos no han dormido nunca con sus hijos por miedo a "no poder sacarlo de la cama nunca mas". Ni siquiera se toman la molestia de enseñarles una pauta. No, se erradica "el problema" de raíz. Lástima, pues una vez lo pruebas, ¡quieres repetir!
  • Brazos: Negarle los brazos a tu hijo es negarte a tí mismo tanto amor, tanta ternura. ¿Por qué perder todo eso?.
  • Lactancia Materna: Si mi hijo recibió un montón de beneficios al tomar leche materna, les puedo asegurar que lo que recibí yo fue maravilloso. Esos momentos fueron solo míos y de él y no los cambiaría por nada. Ahí forjamos nuestra complicidad, nuestra pequeña gran historia.
  • Chupa: Conozco a varias personas que decidieron no dar chupa a sus hijos por miedo a no poder quitársela después. ¿Por qué anticiparse a lo que no se sabe?, especialmente cuando tu hijo lo pasa mal si no se la ofreces. Cierto es que nacen sin saber lo que es una chupa pero en ocasiones les son muy necesarias. Les calma, les relaja. Tú eres su guía y le enseñarás cómo usarla.
  • Bañarte con tu hijo: Bañarte con tu hijo es otra de los grandes momentos gratificantes. Hace poco, y con motivo de un post que publiqué se suscitaron diversas opiniones. Hubo personas que opinaban que bañarse con su hijo era algo antihigiénico. Imagino que estas personas no irán a la playa o a la piscina.  Los respeto, respeto su opinión pero no la comparto. ¡Cuántos momentos perdidos!
  • Vacunar a tu hijo: No vacunar a tu hijo implica, en mi opinión una pérdida mucho mas grande porque, además, estás jugando con su vida.

Con esto no pretendo hacer un dogma de ley, salvo en el caso de las vacunas, pero quisiera que se tomaran como sanos consejos que llevar a la práctica. Hoy en día, muchos de mis momentos de felicidad están totalmente relacionados con estos puntos. Y como el concepto de felicidad es distinto para cada uno, posiblemente estos puntos serán distintos para según quien los lea y sus circunstancias. Lo importante es que no te niegues a ti misma ni a tu hijo algo que esté en tu mano solo porque está escrito o por temores infundados. Escucha a tu instinto y olvídate de los prejuicios y los malos consejos pues estos provocan pérdidas innecesarias

miércoles, 21 de diciembre de 2011

¿Insomnio Para Quien?


Para hoy tenía pensado buscar un hueco y sentarme a escribir relajadamente mi siguiente entrada sobre nuestro viaje a NY pero, leyendo las noticias mientras desayunaba, me he encontrado con una nota de prensa que ha conseguido indignarme, justamente hoy que ya venía de pasar una mala noche.

El titular de la nota en cuestión dice lo siguiente: "El 51% de los bebés que sufren insomnio duermen en los brazos o en la cama de sus padres". Con este titular raro es que no me saliera humo por las orejas. Y es que, dejando claro que no todos los niños son iguales estoy totalmente convencida de que para la gran mayoría de ellos el dormir con los padres sería su estado ideal. Mi hijo generalmente duerme en su cuna pero si alguna vez se desvela, o le cuesta conciliar el sueño o simplemente porque cualquier día nos apetece dormir todos juntos no ponemos ningún problema en compartir cama. La alegría desbordante que muestra el peque cuando está entre nosotros es conmovedora y aún mas, es precisamente en esas ocasiones cuando el peque duerme muchas mas horas y ni el hambre lo despierta.

Como he dicho, hace poco que acabamos de llegar de un viaje donde los tres hemos pasado muchísimo mas tiempo juntos y tras la llegada, una vez superado el cansancio y el jet lag, el peque ha decidido que quiere seguir pasando mucho tiempo con nosotros. Es decir, anoche no quería dormir en su cuna. Después de mucho batallar al final ganó él la partida y durmió como un bendito, se los puedo asegurar. ¿Quien sufrió de insomnio? ¡Yo!. 

¿Insomnio para quien?. Así es, anoche, la única que no durmió fui yo. Me desperté porque el peque casi me tira de la cama y la espalda me dolía por su constante peso, pues apoya todo su cuerpecito sobre mi para tener un mayor contacto. 

En cuanto al estudio, reconozco que no debe ser muy cómodo para un bebé dormir en los brazos de los padres, claro que tampoco conozco a ninguno que haya dormido toda una noche en esa posición, ni padres que la sostengan. Por lo que a mi respecta, estoy de acuerdo en que dormir en un lugar inadecuado puede producir insomnio pero está por ver que el lugar inadecuado sea la cama de los padres. Y que conste que nuestra experiencia se basa en días puntuales pero tampoco he escuchado muchas quejas de los padres que practican el colecho.

Como he dicho, en todo caso el insomnio lo sufren los padres. De hecho, ¿acaso nadie ha oído hablar de la agotadora lucha por evitar que los niños duerman con los padres? ¿No es precisamente porque a los niños les encanta y existe un verdadero pánico a que luego no logremos sacarlos de la cama y hacerlos volver a sus cunas?. 

No se qué tipo de muestra han tomado para hacer el estudio pero está claro que, al menos yo y gran parte de mi entorno, vivimos otra realidad.