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jueves, 17 de enero de 2013

Te Quiero Mucho Mami


Nunca olvidaré la vez en que mi hijo dijo su primera palabra, en su caso fue "Mamá". Reconozco que no salió de la nada, todos le animábamos a decir mamá o papá indistintamente. Supongo que a base de tanta repetición al niño "solo" le quedó escoger cual diría. 

Con el tiempo la cosa cambia, entran muchos mas factores en juego, nuestros hijos van adquiriendo mas autonomía y son muchos mas los frentes que tenemos que abarcar para ayudarles en su aprendizaje. Pero ¿qué hay de los sentimientos?. ¿Qué pasa cuando ya no se trata de repetir una palabra sino de enseñarles a expresar un sentimiento?. Y aún mas, ¿cómo les enseñamos a "sentir" ciertos sentimientos?. Desde ya se los digo, el ejemplo es el mejor camino.

Hace algunas semanas llegaba de la guardería con el peque, de repente, ya en casa, me abrazó con mucha fuerza y me dijo: "¡Mi mami!". Era como si se alegrara muchísimo de verme, como si con esas palabras quisiese decirme todo lo que siente por mi y su apretón demostraba con su fuerza la cantidad inmensa de emoción que quería transmitir. Yo me quedé pensando en ello y por lo visto él también. Mas tarde, ya en su cama y listo para dormir, el peque me abrazó de nuevo con mucha fuerza y me dijo: "Te quiero mucho mami". Mi corazón lloró de alegría, qué inesperado y qué grandioso.

Tengo la satisfacción, el orgullo y la dicha de decir que desde entonces lo repite casi todos los días. Y he de reconocer que le he dado algunas vueltas al asunto. Yo nunca le expliqué expresamente lo que significaban esas palabras aunque sí se las hemos dicho constantemente mientras lo abrazábamos y lo besábamos (y lo seguimos haciendo claro). Me sorprende lo bien que ha entendido el mensaje y me maravilla porque eso significa que lo estamos haciendo bien, que hemos sabido transmitírselo, que es feliz y que nos quiere tanto como nosotros a él. Inmensamente.

viernes, 21 de diciembre de 2012

Mi Embarazo


Me tomaba una Coca Cola mientras charlaba con una compañera y amiga en el descanso de un curso sobre igualdad al que asistíamos en el trabajo. De repente me empecé a sentir mal, algo no iba bien. Mientras me giraba le dije a mi compañera que iba al baño y solo recuerdo que ella me dijo que también iba. Ya no recuerdo mas, lo siguiente que supe es que estaba en el suelo, me dolía todo y mi amiga gritaba pidiendo ayuda porque había sangre por todas partes. 

Me desmayé, en mi caída fui a dar contra la esquina de una mesa y a resultas de ese golpe hoy conservo mi cicatriz, dejé atrás severos hematomas y contusiones, dientes astillados y contracturas musculares. En urgencias, y antes de que me hicieran nada, tuve la precaución de avisar que desde hacía un mes habíamos decidido comenzar con la búsqueda del bebé. Las pruebas no mostraron evidencias de embarazo alguno y así me lo hizo saber el enfermero de turno a voz en grito: "¡No, mi niña, tu no vas a tener ningún hijo!". Tres semanas después descubrí que tanto las pruebas como el enfermero estaban completamente equivocados. 

Recuerdo las primeras semanas de mi embarazo como algo borroso, un nubarrón con muchos dolores y con mucha tristeza. Estaba amoratada, casi no podía moverme sin sentir dolor en alguna parte del cuerpo y me derrumbaba cada vez que veía mi cara en el espejo por accidente pues estaba muy hinchada y con moretones. Vamos, que parecía que me habían dado una soberana paliza. 

Cuando supe que estaba embarazada todo cambió, llegaron la luz y los colores de nuevo a mi vida, todo lo demás dejó de importar. Me hice la prueba de embarazo dos veces porque no nos lo podíamos creer y todo cobró sentido. En ese preciso momento supe a ciencia cierta que mi hijo sería varón y que se llamaría Iker. Un niño que llegaba con fuerza y con mucho entusiasmo a nuestras vidas. Así, sin mas. Sin explicaciones razonables, lo supe.

Debido a mi caída me administraron medicación no apta para embarazadas y me sometieron a un montón de pruebas contraindicadas así que el miedo y las dudas eran muchas. Pasé dos veces por la amniocentesis, la primera por decisión propia y la segunda porque "el laboratorio no tenía un resultado válido", ni bueno ni malo, no había resultado. 

A mediados del segundo trimestre me diagnosticaron Diabetes Gestacional con "Fenómeno del Alba" incluido. Caminaba, subía y bajaba escaleras a diario, iba a natación también a diario, cumplía con la dieta establecida para dicha diabetes y aún así no pude evitar el pinchazo de insulina de todas las noches. 

Pero recuerdo mi embarazo como el más feliz, lleno de ilusiones y esperanza, rebosaba vida. Experimenté mil y una nuevas sensaciones, conocí a otras mujeres que también estaban embarazadas y a quienes hoy sigo viendo junto con sus hijos. Son recuerdos inolvidables que siempre irán de la mano. Aprendí y sigo aprendiendo sobre el nuevo mundo que se abrió ante mi que es el de la maternidad. Y ni se imaginan la de veces que pensé en entrar con mi gran panzota cada vez que pasaba por delante de aquel hospital donde fui a urgencias tras mi desmayo solo para darle la buena nueva a aquel enfermero indiscreto y gritón. De hecho, hoy no puedo evitar seguir pensándolo.

Me empeñé sin ser del todo consciente de tal empeño en ser feliz, en rodearme de luz y color, o tal vez era mi hijo quien lo irradiaba desde dentro. Y como ya se sabe, lo bueno atrae a lo bueno, la luz atrae a la luz...

lunes, 17 de diciembre de 2012

El Hijo Preferido



Hace un tiempo me topé con el poema que aquí les copio literalmente. No se quién lo escribió por mas que he buscado así que no puedo darles un autor. Lo importante en sí mismo es el contenido de dicho poema

En mi caso, tengo solo un hijo así que, sí, es mi hijo preferido. Siempre me he preguntado cómo se sentirá el tener mas de uno. Entiendo que puedas tener cosas mas afines con unos que con otros pero al final, los quieres a todos por igual, o así debería ser. Pero no siempre ocurre, lo he visto. A veces el día a día toma caminos inesperados, nos relajamos en nuestra enseñanza y no hacemos nada por rectificar. Nosotros, los padres, somos quienes debemos mantenernos siempre en guardia, siempre corrigiendo el camino, siempre velando por la unidad familiar. Siempre pendientes, siempre amorosos... 

Los padres siempre serán padres y los hijos siempre serán hijos aunque a su vez también sean padres. Todos esos roles deben estar completos, satisfechos para poder dar a manos llenas lo que también estamos recibiendo. Siempre pendientes, siempre amorosos...

Cuando dejas de ver a tus hijos como parte de ti estás poniendo barreras entre ambos y lo que es peor aún, entre ellos mismos.

El Hijo Preferido

Cierta vez le preguntaron a una madre cuál era su hijo preferido

aquél que ella más amaba.

Y ella, dejando entrever una sonrisa, respondió:

"Nada es más voluble que un corazón de madre.

Y, como madre, le respondió:

El hijo predilecto, aquél a quien me dedico de cuerpo y alma:

Es mi hijo enfermo, hasta que sane.

El que partió, hasta que vuelva.

El que está cansado, hasta que descanse.

El que está con hambre, hasta que se alimente.

El que está con sed, hasta que beba.

El que está estudiando, hasta que aprenda.

El que está desnudo, hasta que se vista.

EL que no trabaja, hasta que se emplee.

El que está de novio, hasta que se case.

El que se casa, hasta que conviva.

El que es padre, hasta que los críe.

EL que prometió, hasta que cumpla.

El que debe, hasta que pague.

El que llora, hasta que calle."

Y con un semblante bien diferente a aquella sonrisa, finalizó:

" El que ya me dejó, hasta que lo reencuentre."

domingo, 4 de noviembre de 2012

Treinta Segundos Después


Treinta segundos en los que estás y no estás. Treinta segundos que marcan la diferencia.
Te sigo con la mirada mientras juegas y cuando vuelvo a mirar, treinta segundos después, ya no estás.

Todo gira, te busco y no te encuentro. Todo se acelera y se ralentiza a la vez. Busco tu luz porque lo demás no importa.
Siento un gran vacío, un profundo abismo, una soledad infinita. Vislumbro ecos de tragedia, de llantos, angustia, culpa y desasosiego. Miles de pensamientos oscuros inundan mi mente.

Creo verte a ti y a tu sonrisa por todas partes. Mi corazón desbocado. Pero no estás.
Y todo eso treinta segundos después.

Al fin te encuentro. Y tu me recibes feliz, como siempre, e inconsciente de todo, sentado en un balancín del parque: "Mira mami, me estoy remando yo solo".

Te beso, te abrazo, te palpo para asegurarme de que en verdad eres tú, de que estás bien, y te vuelvo a besar. No te quiero soltar.

Todo vuelve a su estado natural, regresan los colores y el resto del mundo, ya no veo oscuridad sino luz. Pero la angustia sigue ahí.

Yo te encontré pero no puedo evitar pensar en todas esas madres que no han tenido la misma dicha, y siguen buscando perdidas en esa oscuridad asfixiante que sobreviene inexorablemente treinta segundos después...

lunes, 22 de octubre de 2012

¿Y Si No Estoy?


Hace unos meses escribí esta entrada, y no la publiqué porque en su momento me pareció muy oscura, llena de dudas y miedos. Hoy la he vuelto a encontrar y he decidido publicarla porque ésta también soy yo, también forma parte de mi, aunque luego me pregunte; ¿Y Si No Estoy?

Aparecen sombras en el horizonte de nuestro pequeñín. Comienza a sentir miedo a la oscuridad, miedo a los ruidos que no reconoce y miedo a mi ausencia. Me ha escogido como su salvadora, como su todo. Y yo he escogido serlo.

Queremos disipar sus sombras y temores. Le enseñamos a encender la luz si está oscuro, a sentirse seguro en su casa, porque es su casa. Le enseñamos a identificar los diferentes ruidos y sonidos lejanos, porque el conocimiento disipa miedos.

Quiero disipar su temor a mi ausencia y le digo que siempre estaré a su lado protegiéndolo y queriéndolo mucho. Me abraza como si fuera su única tabla de salvación y yo siento que lo soy. Me abraza y lloro. Lloro porque pienso: "¿Y si no estoy?".


¿Y si lo inevitable llega antes de tiempo y me impide cumplir mi propósito, mi promesa?.

Quiero estar siempre, quiero ser yo quien espante sus fantasmas, sus malos sueños, y vele sus noches difíciles. Quiero ser yo quien le lea sus cuentos antes de dormir. Quiero ser yo quien lo bese y lo abrace a mansalva. Quiero verlo crecer y vivir feliz. Pero, ¿Y si no estoy?...

domingo, 9 de septiembre de 2012

Mi Niño De Mamá

Pintura de Katie M. Berggren
Dicen que los niños son mas de mamá y las niñas mas de papá. No se si es cierto, supongo que, como siempre, dependerá del niño o la niña y del papá o la mamá.

Yo solo se que mi hijo es muy de mamá, que a sus dos añitos a veces me pide que vaya atrás sentada en el coche con él y que le de la mano. También se que cuando hay música siempre me saca a bailar, da igual la canción, aunque le gustan especialmente las lentas porque bailamos pegaditos, mejilla con mejilla. Damos mil vueltas y reímos y reímos.

Otras veces, sin previo aviso, me coge de las orejas o del cuello, me abraza fuerte y me llena de besos. O me observa con esa mirada única. Única porque es solo suya y única porque es solo para mi. Una mirada intensa, de amor, admiración y llena de todo su querer concentrado.

Prefiere compartir un helado con dos cucharitas, o tres, y se desvive por ayudar en las labores del hogar. Jamás permite que salga muy cargada del supermercado y se presta voluntario para aliviar mi peso.

Nos gusta leer libros juntos y comentarlos y, por las noches, justo antes de dormir, le gusta contarme lo que mas le impresionó del día. 


Qué orgullo ser su TODO y qué privilegio. Y qué feliz se le ve desde que nació porque desde entonces descubrió que es correspondido. Mi niño de mamá...

En palabras de Carlos González

"...Un bebé no te quiere con el cariño profundo y pausado de un marido de 5 años. Un bebé te quiere con un cariño de novio, un bebé no te quiere soltar ni un segundo porque te ama con locura. Dentro de 5 años también te querrá con cariño de 5 años, en ese momento los niños sí que jugarán mucho rato solos, y dentro de 10 años estará contentísimo de irse de colonias y dentro de 15 años te pedirá 10 euros para irse con los amigos a comprarse una pizza, pero ahora no. Ahora está enamoradísimo."

domingo, 6 de mayo de 2012

Mi Regalo

Es casi la media noche del sábado 5 de Mayo, el primer domingo de Mayo, día de las madres. A estas horas yo ya he recibido mi regalo, el que no es material, el del amor incondicional y el eterno agradecimiento.

Me acosté al lado del peque para calmarlo y ayudarlo a dormir después de tantas emociones de la tarde. Su pequeño corazoncito retumbaba como un tambor. Él me contaba los sucesos de la tarde y yo lo escuchaba y le respondía. Que si Mateo se cayó en el parque y lloró, que si la tarta de cumpleaños de Pocoyó (con canción de cumpleaños dedicada a Erick incluida), que si se subió en la moto, que si el coche, que si el camión, que si los niños, los abuelos... Yo le respondía suave y lentamente para que se fuera relajando. De repente me miró con sus bracitos extendidos y me dijo: "Mami abrazo". Su primer abrazo solicitado.

¿Es posible que desde tan pequeñitos ya sepan la fuerza que tiene un abrazo?. ¿Que con un abrazo agradecen, comparten, alegran el corazón y dan amor a manos llenas?. Yo así lo sentí.

Hay dos regalos mas esperando, los materiales. Pero yo ya tengo mi regalo.

domingo, 15 de abril de 2012

Just The Two Of Us



Pocas veces me encuentro con un tema con el que disfrute tanto con el original como con una de sus versiones y el que les traigo hoy es uno de ellos. Se trata de Just The Two Of Us de Bill Withers, tema que dicho sea de paso ganó un grammy.

En ésta versión original Bill Withers se centra en una relación de pareja. Un canto al amor y a la unión de dos personas. Al poder de ambas para conseguir sus metas juntos.


Veo caer gotas de lluvia cristalinas
y la mayor belleza es cuando el sol brilla a través de ellas
para crear esos arco iris en mi cabeza cuando pienso en tí a veces
y quiero pasar más tiempo contigo

Nosotros dos solos
podemos conseguirlo si lo intentamos
nosotros dos solos

nosotros dos solos
haciendo castillos en el cielo
nosotros dos solos
tú y yo 

Buscamos amor, sin tiempo para lágrimas
que eso es malgastar agua, y no hace crecer las flores
las cosas buenas les pasan a los que esperan, no a aquellos que esperan demasiado
tenemos que hacerlo por todo lo que sabemos

Nosotros dos solos
podemos conseguirlo si lo intentamos
nosotros dos solos

nosotros dos solos
haciendo los castillos en el cielo
nosotros dos solos
tú y yo 

Escucho las gotas de lluvia cristalinas caer contra la ventana en el salón
y se convierten en el rocío de la mañana
y, querida, cuando la mañana llega y veo el sol de la mañana
quiero ser el que está contigo

Nosotros dos solos
podemos conseguirlo si lo intentamos
nosotros dos solos

nosotros dos solos
haciendo grandes castillos muy arriba
nosotros dos solos
tú y yo 

Vamos a conseguirlo juntos, nena

En 1997, Will Smith versionó este precioso tema cambiando muchas cosas pero manteniendo la esencia. Para empezar, Will Smith no se centra en una relación de pareja sino en la relación de un padre con su hijo, cambia el ritmo y hasta introduce rap. La resultante es un tema de lo mas emotivo y tierno. No es tan habitual escuchar la versión masculina, la expresión de ese sentimiento de paternidad.



Papá, este es un tema muy delicado) 
Desde la primera vez que el doctor te puso en mis brazos 
supe que moriria antes de dejar que alguien te lastimase 
aunque la pregunta se cruzo por mi mente. Podría ser lo suficiente hombre? 
Ante lo equivocado, escojo lo adecuado y me pongo en pie. 
Desde el hospital, aquella primera noche 
tomé una hora solo para poner bien el carrito. 
Gente conduciendo rápido, me llegué a enfadar. 
Traerte seguro a casa, ponerte en tu cuna. 
Aquella noche, no creo pegar ojo. 
Tan pronto como salí de mi cama, sigiloso hasta tu cuna me acerqué 
Toqué suavemente tu cabeza, sentí mi corazón derretirse, 
porque sé que te he amado más que a la vida a sí misma. 
Entonces me arrodillé, y le supliqué al Señor, por favor, 
permíteme ser un buen papá, todo lo que necesite; 
Amor, Conocimiento, Disciplina también. 
Dedico mi vida a tí. 

Sólo nosotros dos, podemos si lo intentamos 
Sólo nosotros dos (solo nosotros dos) 
Solo nosotros dos, haciendo castillos en el cielo. 
Sólo nosotros dos, tú y yo. 

Con cinco años, trayendo comedia 
Cada vez que te veo, pienso en un hombre, un yo pequeño 
exacto a mí. 
Espera y fíjate, llegarás alto, 
me haces reir porque tienes las orejas de tu padre por completo. 
A veces pregunto, ¿qué vas a ser? 
General, Médico, tal vez Rapero? 
Haha. 
Quiero besarte todo el tiempo, 
pero examinaré esa cabeza cuando te dispongas a separarte.
La verdad es que... 
Uh, uh, uh. ¿Porqué lo haces? 
Intento ser un padre duro, pero me estás haciendo reir. 
Loco de alegría, cuando veo los ojos de mi pequeño chico. 
Me entrego a tí, siempre hago 
todo lo que pueda. 
Verte como te haces un hombre 
digno, integrado, honrado. 
Y no importa si te pierdes, siempre que lo lleves contigo. 
Y puedes llorar, no te averguences de ello. 
No fué bien conmigo y tu mamá, 
pero atento, pónlo en consideración, 
fuiste concebido con amor, 
también si el mundo ataca, y tropiezas en el camino. 
Recuerda un hecho, volví a tí. 
Chorus 
Todo el tiempo trabajo para ser un buen padre. 
Tienes más cosas que las que yo tuve. 
Tengo estudios justos para mantenerme con el cabio del tiempo 
101 Dálmatas en tu CD-ROM 
Mírame- Estóy 
intentando fingir, lo sé 
En mi PC donde va el CD 
Pero escucha, no es nada prometido, algún día me habré ido. 
Siente la lucha, pero confía en que la vida es injusta. 
Pero por si acaso, 
este es mi sitio 
para transmitir. 
Un día unas chicas quieren romperte el corazón. 
Y, ohh, no es un sufrimiento como el sexo contrario 
va a dañarte, pero no la tomes para la próxima, hijo. 
Durante la vida, la gente te hará enfadar, 
no te respetarán y te tratarán mal. 
Permite a Dios que se encargue de las cosas que ellos hacen, 
porque el odio en tu corazón te consumirá a tí también. 
Dí siempre la verdad, reza tus oraciones. 
Mantén las puertas abiertas, retira las sillas, es fácil en palabras. 
Estás viviendo una prueba de que sueños harás realidad. 
Te quiero y estoy aquí para tí. 
(Chorus) 
Para terminar (Ésta es una buena canción papá, 
cuánto voy a pagarte por esto?)



Espero que disfruten ambos temas y sobretodo que sientan la fuerza de su mensaje...

martes, 27 de marzo de 2012

Mi Cicatriz



A escasos dos centímetros del ojo izquierdo, en diagonal sobre el pómulo, tengo una cicatriz. Una cicatriz de un centímetro y medio que para mí simboliza vida. 

Simboliza vida porque quiero pensar que me la hice justo en el momento en que en mi cuerpo se produjo ese chispazo, justo en el momento en que mi hijo comenzó a ser mi hijo.

Me desmayé, con tan mala fortuna que fui a dar contra la esquina de una mesa. Y allí, donde les dije, a escasos dos centímetros del ojo izquierdo, en diagonal sobre el pómulo, tengo mi cicatriz. No es bonita ni fea, es mi símbolo. Es mi hijo.

Mi hijo que llegó como un torbellino, con su fuerza, su energía e irradiando felicidad. Mi hijo que llegó con sus prisas por comenzar a vivir y con una enorme carcajada de emoción. Mi hijo

Todo eso y más simboliza mi cicatrizEs su huella física en mí, la prueba de que él, mi hijo, es mi fruto.

¿Qué les voy a decir?, algunos se hacen un tatuaje, yo, tengo mi cicatriz. Allá, a escasos dos centímetros del ojo izquierdo, en diagonal sobre el pómulo...


miércoles, 21 de marzo de 2012

Miércoles Mudo: Del Peque Para Papi

Un Elefante Llavero y una Corbata para papi
Dedicado a todos los papis de todos los niños de la clase.
"Papito, me has ayudado a crecer, me has dado alegría y me has llenado de felicidad. Te llevaré en mi corazón. Te quiero PAPÁ". 


viernes, 10 de febrero de 2012

Mientras Duerme


Son varias las veces en que les he comentado que nuestro peque suele sonreír mucho cuando duerme (y despierto ni les cuento), incluso alguna carcajada he tenido la suerte de presenciar. Pero ahora que ya sabe ponerle nombre a algunas cosas al hablar se están incorporando novedades durante su sueño

Por lo general solemos soñar con aquello que nos ha llamado mas la atención durante el día o con lo que más nos preocupa, consciente o inconscientemente. Pues bien, les pongo en antecedentes cuando les digo que la primera palabra que dijo el peque fue "mamá" y la segunda fue "calle". Le encanta salir a la calle, todas las tardes lo pide y rara es la vez que nos quedamos en casa. Suerte que tenemos un buen clima durante todo el año.

Esta semana ha sido muy fructífera en cuanto a saber lo que el peque pueda estar soñando. Me gusta verlo dormir pero es que si encima habla en sueños ya es la bomba. Verlo sonreír mientras duerme y escuchar unas pocas palabras me dan una idea de lo que le ronda por la cabeza. 

Esta semana repetía en sueños "¡Calle! ¡calle!". ¡Dios mío!, pensé, ¿es que no tiene suficiente que todavía lo pide en sueños?. Prefiero pensar que está recordando todos esos momentos en los que estamos fuera. Y hace dos noches, cuando se quedó dormido decía: "¡guau! ¡guau!". ¿De qué perro se estaría acordando?.

Me encanta esta novedad incorporada gracias a su propio avance en el crecimiento, ¡qué mayor se está haciendo!. Y ahora dime, ¿qué cosas dice tu hijo mientras duerme?.


martes, 7 de febrero de 2012

Pérdidas Innecesarias


Hace unos días me encontré con la siguiente frase de Paulo Coelho: "Cuántas cosas perdemos por miedo a Perder...". Se me ocurren muchos sentimientos de pérdida a los que asociar esta frase, es más, este tipo de frase tan genérica normalmente hace que  cada uno la interprete según lo que mas le preocupa en el momento. Yo no he podido evitar compararla con el mundo en el que estoy tan involucrada, el de la maternidad
De repente, se han agolpado en mi mente un montón de momentos que muchos pierden por miedo a perder:
  • Dormir con tu hijo: cuántos no han dormido nunca con sus hijos por miedo a "no poder sacarlo de la cama nunca mas". Ni siquiera se toman la molestia de enseñarles una pauta. No, se erradica "el problema" de raíz. Lástima, pues una vez lo pruebas, ¡quieres repetir!
  • Brazos: Negarle los brazos a tu hijo es negarte a tí mismo tanto amor, tanta ternura. ¿Por qué perder todo eso?.
  • Lactancia Materna: Si mi hijo recibió un montón de beneficios al tomar leche materna, les puedo asegurar que lo que recibí yo fue maravilloso. Esos momentos fueron solo míos y de él y no los cambiaría por nada. Ahí forjamos nuestra complicidad, nuestra pequeña gran historia.
  • Chupa: Conozco a varias personas que decidieron no dar chupa a sus hijos por miedo a no poder quitársela después. ¿Por qué anticiparse a lo que no se sabe?, especialmente cuando tu hijo lo pasa mal si no se la ofreces. Cierto es que nacen sin saber lo que es una chupa pero en ocasiones les son muy necesarias. Les calma, les relaja. Tú eres su guía y le enseñarás cómo usarla.
  • Bañarte con tu hijo: Bañarte con tu hijo es otra de los grandes momentos gratificantes. Hace poco, y con motivo de un post que publiqué se suscitaron diversas opiniones. Hubo personas que opinaban que bañarse con su hijo era algo antihigiénico. Imagino que estas personas no irán a la playa o a la piscina.  Los respeto, respeto su opinión pero no la comparto. ¡Cuántos momentos perdidos!
  • Vacunar a tu hijo: No vacunar a tu hijo implica, en mi opinión una pérdida mucho mas grande porque, además, estás jugando con su vida.

Con esto no pretendo hacer un dogma de ley, salvo en el caso de las vacunas, pero quisiera que se tomaran como sanos consejos que llevar a la práctica. Hoy en día, muchos de mis momentos de felicidad están totalmente relacionados con estos puntos. Y como el concepto de felicidad es distinto para cada uno, posiblemente estos puntos serán distintos para según quien los lea y sus circunstancias. Lo importante es que no te niegues a ti misma ni a tu hijo algo que esté en tu mano solo porque está escrito o por temores infundados. Escucha a tu instinto y olvídate de los prejuicios y los malos consejos pues estos provocan pérdidas innecesarias

lunes, 6 de febrero de 2012

Somos Tres


Anoche estábamos los tres sentados en el sofá viendo la tele. Bueno, ellos veían la tele, yo los miraba a ellos. De repente papá debió notar mi mirada, me miró y le dije: ¡Somos tres!. Enseguida entendió lo que quise decir. 

El peque estaba cómodamente sentado entre los dos. Tenía un codo apoyado sobre papá y sobre su mano apoyaba su barbilla, con sus pies jugueteaba encima de mis piernas, como si siempre hubiera estado aquí, como si siempre hubiésemos sido tres en vez de dos.

Ayer por la tarde dormíamos los tres la siesta. Bueno, el peque dormía, papá y yo estábamos acurrucados a su lado, observándolo. Viendo cómo estaba instalado a sus anchas, se había apoderado de mi almohada, apoyaba parte de su cuerpo en mi y sus piernecitas descansaban sobre papá.  Con qué confianza, con qué moral se ha instalado entre nosotros, ya no solo en la cama o en el sofá sino en nuestras vidas.

Me gusta pensar que el grado de confianza que tiene el peque es el mismo grado en que le hemos abierto las puertas nada mas llegar a este mundo. Sin límites, sin condiciones. Con completa aceptación.

martes, 31 de enero de 2012

¡Mamá, Descansa!



En cuanto me desperté ayer por la mañana, lo supe. Notaba todo mi cuerpo pesado, me sentía agotada y mi garganta me dolía horrores. Todavía no me había levantado y mi cabeza estaba abotargada, y no precisamente por el sueño reparador. Me estaba enfermando o mas bien, ya lo estaba.

En medio de todo eso no dejaba de pensar que no podía permitirme enfermarme. Tengo un montón de cosas que hacer y el peque está incluido en todas ellas. En todas. Y además, nunca se me ha dado bien delegar, así que comprenderán mi preocupación.
Y es que adoramos a nuestros pequeñines pero a veces acabamos exhaustas. Y no me cansaré nunca de decir que especialmente cuando estamos enfermas o cansadas nuestra paciencia suele tener límites muy cercanos. 

Ayer, la abuela, se llevó al peque para que yo pudiera recuperarme y cuando papá llegó a casa se encargó de todo lo demás. Todas mis preocupaciones pasaron a un segundo plano, y mi cuerpo tuvo ese descanso necesario para poder reponerme. Mi mente no descansa tan fácilmente, pues esa vuela incluso mientras duermo. El caso es que la "facilidad" con la que ayer se arregló todo me ha dado mucho en qué pensar.

He pensado en la suerte que tengo por tener a mi familia y poder confiarles a ellos mi vida, como ayer, y he pensado en que no todo el mundo tiene esa suerte. Ya sea por no tener a la familia cerca (o simplemente por no tener familia a la que recurrir) o porque no todas tenemos una pareja dispuesta a decirte, simplemente; ¡Mamá, Descansa!

Tras haber leído muchos de los comentarios de mi entrada "¡Papá, Despierta!" y por muchas conversaciones con otras mamás, se firmemente que hay muchas mujeres que no tienen esa opción. En mi caso, a pesar de que papá sea un "dormilón" al que le cueste a veces regresar del mundo de los sueños, lo cierto es que también tengo que agradecerle que mi hijo haya heredado esa genética. Hasta el punto de que muchas veces visto al peque por las mañanas, de arriba abajo, completito, pañal incluido, y él ni se entera.


Pero, volviendo al tema, ¿a qué mujer o madre no le gustaría que su marido le dijera: "Tú descansa que ya me encargo yo de todo", por pura iniciativa propia?. Cuando no descansas tu cuerpo se va saturando hasta que un día, irremediablemente, caes. Y por supuesto que las cosas tendrán que hacerse y que tampoco somos imprescindibles pero sinceramente ¿hace falta llegar a esos límites?. A veces podemos acudir al recurso de desistir pero en ese caso simplemente estamos aplazando las obligaciones para después. 

¿Cual es tu caso? ¿Cuántas veces te han dicho: "Descansa, que ya me encargo yo de todo"?

viernes, 20 de enero de 2012

Desisto Y No

Hay tardes, como las de ayer, en las que simplemente desisto de recoger, desisto de cocinar, desisto de ordenar, y hasta desisto de caminar. Y si pudiera desistir de pensar seguro que también lo haría. Son días en los que el peque parece no querer ver nada en su sitio y todo lo que yo coloco él va detrás y lo vuelve a tirar. Está inquieto y se desespera. Y nos desespera.

Conozco esa faceta. Es su manera (y la de muchos otros) de llamar la atención y de mostrar su descontento ante algo que no sabe cómo expresar. Lo que traducido al lenguaje adulto significa: "¡Me aburro! ¡Quiero salir a distraerme y jugar ahora mismo!". 

Y si a esto le añades que justo ahora, y después de un montón de meses de dolores y molestias en la encía, es cuando sus dientecitos se empeñan en querer salir todos a la vez y que, como colofón, ayer le tocó vacuna de la varicela. El pobrecillo debe tener un volcán interior a punto de erupcionar y llevarse todo lo que encuentre a su paso.

Por eso, porque como su madre que soy, lo entiendo. Entiendo su frustración y su malestar. Y no desisto porque esté harta de recoger o porque mis esfuerzos sean infructuosos sino porque entiendo que su mensaje es de ayuda, de socorro. Y desisto para poder estar con él, para acompañarlo y hacerle pasar esos ratos de forma mas llevadera. Desisto Y No.

Solo hay que dar ese paso. Desistir de algunas obligaciones que pueden ser postergadas. Y no desistir de tu hijo, salir a pasear, calmarlo, distraerlo de lo que le pone irascible. A veces nos obcecamos y no sabemos verlo pero cuando lo hacemos, cuando escuchamos a nuestro propio instinto ¡cuánto agradecimiento recibimos!. 

Anoche me dormí con el eco de sus besitos chiquititos por toda mi cara y esta mañana, en cuanto se despertó, continuó por donde lo había dejado al dormirse, para que yo no pensara que había sido solo un sueño.


lunes, 16 de enero de 2012

La Completa Aceptación


"SU COMPLETA ACEPTACIÓN ME HACE SENTIR TAN BIEN CONMIGO MISMA". 





Hoy me he topado con esta viñeta de Cathy Thorne que me produjo una ternura indescriptible. En pocas palabras ha descrito exactamente lo que siento en situaciones como las de la imagen.

He de decir que soy muy asidua a bañarme con el peque, de vez en cuando llenamos la bañera y ahí que nos metemos los dos, bueno, los dos y mamá pata con sus patitos, dos cangrejitos, un perrito (¿o es una oveja?, aún no lo tengo claro), una pelota, una pistola de agua, varios pececitos y hasta un par de ranas. Todos de goma y asiduos acompañantes del peque durante el baño.

Al meterme en la bañera no puedo evitar sentir una especie de pudor, tanto más si coincide con que no has tenido tiempo de depilarte o estás un poquito mas rellenita de lo usual. Entonces miro a mi bebé, tan puro, tan inocente, tan libre de estereotipos y prejuicios que me mira con esa "completa aceptación". Con esa felicidad anticipada.

Luego ocurre algo muy bonito. No solo me desvisto por fuera sino también por dentro, me quito ese velo que cubre mis ojos hacia mi misma y me veo pura, en esencia, como él. Como si fuera niña otra vez, cuando no había otra cosa mas que el amor de tus padres y tus hermanas, los juegos y las sonrisas, sin nada que lo ensucie.

Jugamos, chapoteamos, nos embadurnamos de jabón, nos hacemos cosquillas. Hasta que nuestros dedos se quedan arrugados y el agua deja de ser tibia y empieza a enfriarse. Y renovados, relajados, refrescados y felices nos recibe papi con nuestras respectivas toallas. 

Y a tí, ¿también te han hecho sentir así?

martes, 10 de enero de 2012

El Futbolista De Arriba


Vivimos en un cuarto piso. Resulta que, por casualidades de la vida, me salgo enterando de que si para mi, La Vecinita del Primero Nunca Sonríe, para la vecina del tercero, la vivienda del cuarto, o sea, nosotros, pertenece al "futbolista de arriba". Y hasta corta se quedó la buena señora. Llamar futbolista a mi hijo implica una gran dosis de amor, comprensión y mucha paciencia por su parte, siendo realistas, debería llamarlo de rompetechos en adelante, como mínimo.

La noche del seis de Enero llegábamos a casa después de un largo día lleno de emociones, véase "Crónica de Reyes". El peque estaba agotando sus últimos cartuchos si es que no los había agotado todos ya y cuando llegamos a la entrada del edificio le faltaba aún otra fuerte emoción. Un enorme ramillete de globos de diferentes formas y colores estaban justo al lado del ascensor. A ver quien sacaba al peque de ahí, claro. De repente, baja el yerno de la señora del tercero y le pide que escoja uno y como el peque aún no terminaba de decidirse (es mas, yo creo que ni siquiera había empezado) le dio el mas grande y más bonito, un caracol enorme. Acto seguido añadió: "Ella no quiere ningún globo en casa y por eso me los llevo pero estoy seguro de que estará feliz cuando sepa que uno se lo ha llevado el futbolista de arriba". Creo que en ese momento el agradecimiento, el asombro y la vergüenza pugnaban por aflorar...

Definitivamente, el comentario tiene varias implicaciones. Es indudable que la señora ha escuchado todos y cada uno de los estruendos cada vez que mi hijo tira algo y además ha sido lo suficientemente sonoro y molesto como para compartirlo. Y es que al peque, especialmente cuando se enfada, le da por tirar cosas al suelo como muestra de su inconformidad y frustración. No grita, no llora, pero cualquier cosa que encuentre será susceptible de ser arrojada sin contemplaciones, y mientras mas escándalo haga mejor expresará su descontento. Al menos eso es lo que parece pensar él.

En alguna que otra ocasión he tratado de disculparme con la señora, pues siempre ha sido bastante quisquillosa con los ruidos y yo prefería curarme en salud. Pero para mi sorpresa y enorme alivio también es bastante comprensiva con los niños, posiblemente porque ella misma ha tenido dos. No es igual de comprensiva con los adultos, se los puedo asegurar (aunque ahora siga teniendo dos).

Como he dicho, para mí ha sido un alivio que se tomara las cosas de esta manera porque no es fácil hacer que un niño no tire cosas al suelo y, de paso, nos ha librado de un montón de discusiones y malas caras vecinales. Ahí tenía las de perder, pues en este último año el edificio se ha llenado de niños en todos los pisos salvo en el de ella.

Aún así, agradezco el que existan personas dispuestas a comprender y empatizar con este tipo de situaciones. ¡Un brindis por la vecina del tercero!... Y por su yerno, que obsequió al peque este fantástico globo...


martes, 3 de enero de 2012

El Pijama Más Calentito


Yo mentando a los Reyes Magos y van y aparecen. Y es que por lo visto este año se han anticipado y ya han pasado por casa. Esta noche, el peque ha dicho su primera "frase", bueno, ya saben, ha conectado varias palabras dándole un significado global, sin verbos. La alegría viene acompañada de algo de vergüenza por nuestra parte pues el pobrecillo, o hablaba o se asfixiaba.

Nunca hemos sido de esos padres superprotectores con el niño, no lo hemos abrigado en exceso ni nada de eso pero siempre hay una primera vez aunque sea inconsciente. Y es que en nuestro viaje, le trajimos al peque un pelele, calentito pensamos. He de decir que vivimos en una isla en la que por lo general no tenemos estaciones muy marcadas. "La isla de la eterna primavera" la llaman. 

Por esta época está haciendo algo de fresquito y como al peque le da por quitarse los calcetines y destaparse durante las noches, pensamos mi marido y yo que el pelele arriba expuesto (pues me he tomado la molestia de buscar el mismo modelo y todo, digo yo que para amortizarlo porque no creo que se lo volvamos a poner), sería de gran utilidad a la par que apropiado y muy a tono con estas fechas. 

Total que se lo pusimos hace dos noches y el peque no paraba de remangarse las mangas hasta los codos y si por él fuera, más arriba, pero salvo eso fue una noche normal. Pero anoche, cada vez que lo llevábamos a su cuarto a dormir se mostraba muy despierto y señalaba para fuera. Pensamos que estaba desvelado pero la cosa se empezó a poner color de hormiga a medida que pasaba el tiempo pues normalmente sobre las nueve y media ya está durmiendo y ayer nos dieron las once. 

Un poquito antes de las once volvimos a hacer el intento de llevarlo a su cuarto, lo tenía en mis brazos y empezó a hablar y yo lo cortaba y le decía que no eran horas de hablar sino de dormir (que vergüenza). Al final me dijo, "Mamá...", en este punto decidí seguir la conversación y le dije: "Qué...", a lo que él me respondió "Mamá, el nené...allá" y se señalaba a su pijama y luego hacia la sala. Pensé que lo que quería era dormir con nosotros y le dije que lo llevaba un rato a nuestra cama pero que luego tendría que irse a la suya. Una vez allí, él se remangaba las manguitas de nuevo y fue cuando lo entendí. Le cambiamos el pijama por un dos piezas y no le pusimos los calcetines. ¡Dios mío! qué felicidad. Se frotaba sus pies, se los cogía con las manos y finalmente se quedó dormido frotando uno de sus pies contra la cama con una sonrisa (otra vez, qué vergüenza), todo esto en dos minutos (lo de mi vergüenza está durando bastante mas).

Después de asumir lo que había pasado me dio por leer la etiqueta del pijama. Tengo que decir, por cierto, que nuestro peque, para haber nacido en pleno agosto nunca ha tolerado demasiado el calor, enseguida se acalora y pide estar fresquito. Pues bien, un poco gruesito si que es el pelele y por lo demás nada fuera de lo normal, salvo algo que me llamó la atención; entre otras cosas decía "Flame Resistant" (Resistente al fuego). ¿Qué demonios significa eso?¿que si se incendia el peque ahí dentro el pijama sobrevive?¿que si hay un incendio en casa lo único que se salvará será el pijama?.

Mi hijo es un fan confeso y evidente de los camiones de bomberos pero está claro que este tipo de uniforme le haría desistir de tal vocación.

jueves, 24 de noviembre de 2011

Llámenme Egoísta


Llámenme egoísta por haber querido (y podido) ser yo el recipiente donde se gestó mi hijo. Con qué ilusión viví mi embarazo, qué dichosa fui, y aún no tenía ni la menor idea de que esa iba ser sólo una pequeñísima parte de lo que me esperaba.

Llámenme egoísta por haber sido yo y solo yo la que disfrutara de los momentos más íntimos mientras lo amamantaba, esos preciosos, irrepetibles e inolvidables momentos.

Llámenme egoísta por estar encantada de que la primera palabra que dijera mi hijo fuese "mamá". Mamá, mamá...

Llámenme egoísta por tener la oportunidad de verlo despertar cada mañana y presenciar el sol de su sonrisa.

Llámenme egoísta por querer ser yo quien lo bese y lo tape cada noche antes de irme a dormir.

Llámenme egoísta por querer compartir cada progreso que él hace y por querer pregonar a los cuatro vientos el amor que él inspira en todos los que le rodean.

Llámenme egoísta porque hace tan sólo tres días mi hijo me miró con dulzura, se abrazó a mi cuello y me llenó de besos. Sus primeros besos, besos conscientes, fueron para mí.

Llámenme egoísta, llámenme egoísta...

El "Juguete" Estrella


¿Quieren saber cual ha sido el mejor "juguete" para mi hijo, con diferencia  y desde hace meses?. Éste;


Sí, la cesta de las trabas para tender la ropa es El "Juguete" Estrella...

En su momento pensé que sería algo temporal pero ya tiene 15 meses y si pilla la cesta deja lo que tenga entre manos para entregarse a la aventura de revolver, tirar y esparcir todas las trabas. En medio de tanta explosión de colores, de repente, decide compartir la emoción y viene a buscarme para que nos sentemos juntos a disfrutar del carnaval. Quizás sea porque no siempre la tenga a su alcance pero el caso es que no ha pasado de moda. Y no es porque no tenga juguetes, tiene un baúl lleno hasta los topes.

He estado pensando en esto ahora que tenemos encima las navidades y los comerciantes no paran de anunciar tanto juguete, carísimos muchos por cierto. Cada vez que los anuncian por la tele mi hijo se queda observando como si no hubiera nada ni nadie mas en el mundo, sobretodo si lo que venden es un camión. Sinceramente, ilusa de mí, pensé que aún me quedaba mas tiempo, creí que esa fascinación llegaría mas tarde, pero estaba equivocada, ya ha empezado y se irá intensificando.

Ni que decir tiene que nos pilló desprevenidos el día en que fuimos al supermercado y pasamos por la sección de juguetes. ¡No había manera de sacarlo de allí!. A pesar de todo, este año iremos escapando porque le atraen igualmente otras cosas. Ahora que todo se empieza a llenar de luces, decoraciones y de árboles de Navidad el niño no da abasto con todo lo que quiere ver. ¡Le faltan ojos!. Aprovecharemos también para enseñarle el valor de esas pequeñas cosas que ahora le parecen grandes y que luego tendemos a infravalorar y, de paso, nos servirá como ejercicio propio.

Echando la vista atrás, hasta mi infancia, y tratando de recordar juguetes a los que tuve mucho aprecio, la verdad es que fueron unos pocos y los recuerdo perfectamente de entre tantos que tuve. Pero cuando trato de recordar momentos realmente divertidos y que quedaron grabados en mi memoria con especial cariño, recuerdo los días en que mis hermanas y yo nos metíamos en una caja de cartón y jugábamos durante horas o los días en que nos bañábamos en la azotea con la manguera y mojábamos todo. Momentos compartidos con personas, donde lo importante es la compañía y la calidez humana.

Hoy, recordando aquellos días vuelvo a ser la niña que un día fui y me entrego yo también a la aventura de tirar las trabas de tender la ropa con el pequeñín, porque esos son los momentos que perduran, los imborrables.