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miércoles, 19 de junio de 2013

Miércoles Mudo: La Nota

"Siempre hay un momento en la infancia en el que se abre una  puerta y deja entrar al futuro".
Graham Greene


Nota del peque en la puerta del baño donde, según él, dice claramente: "No Entrar".

viernes, 10 de mayo de 2013

Dando La Nota: "Maná, Maná"

No pude evitar sentir de golpe el peso de mi edad cuando recordé hoy esta canción. Cuando la escucho me veo a mí misma muy pequeña cantándola y gesticulando, debía de ser muy pequeña porque como verán letra, lo que se dice letra, no tiene mucha este tema de los Muppets. De hecho, me ha picado la curiosidad y he averiguado que éste show en concreto se retransmitió por primera ver en 1969, lo cual fue un alivio porque al menos puedo decir que el show es mas viejo que yo...

El caso es que debió de marcarme mucho porque recuerdo muy bien esos momentos. Hoy cuando he visto el vídeo después de mucho tiempo no me he sentido tan mayor, es lo bueno de que los Muppets no envejezcan y sus shows tampoco. Ahora los ve mi hijo quien va por ahí cantando el "Maná Maná" y recordándome aquella época de mi propia infancia...


lunes, 3 de septiembre de 2012

Colaboraciones: No Puedo Evitar


Un día como hoy, un primer lunes de septiembre, no puedo evitar recordar todos esos primeros días de clase en diferentes años. No puedo evitar sentir muchas de las cosas que en su día sentí. No puedo, ni quiero, evitar vivirlo hoy desde otro punto de vista. Hoy te hablo de ello en "De Tú A Tú". Pincha en la imagen para leer la entrada...

lunes, 4 de junio de 2012

Las Mentiras, Mentiras Son


Hace unos días escuché que el ser humano miente por naturaleza. Que es tanta nuestra necesidad de socializarnos y no estar solos que tendemos a mentir a aquellos con los que nos relacionamos para tratar de ser mas afines, para amoldarnos a los demás. Y aún más, que hemos "evolucionado" tanto en nuestras mentiras que hemos llegado ya al punto de creérnoslas. 

Necesidad de aceptación, soledad y mentiras, todo un cóctel. Como ocurre con casi todo, y en este caso por fortuna, no todos tenemos las mismas necesidades de aceptación ni sentimos la misma soledad. Por otro lado, entran otros factores en juego, como la exageración por ejemplo ¿se considera eso mentir?. 

Pensándolo fríamente, con objetividad, tienen razón, mentimos mucho, mentimos constantemente. Prueba a anotar en un papel durante unos días las veces que mientas y serán mas de las que esperabas, muchas mas. Da igual que sean mentiras blancas, piadosas, crueles, mentirijillas o simplemente mentiras, el caso es que mentimos. Incluso hay estudios que dicen que comenzamos a mentir a los 3 años y que a los 5 años mentimos ya de forma consciente.

Dicho así, parece inevitable el hecho en sí de que mintamos pero en mi opinión sí que podríamos disminuir en gran medida el horizonte de esas mentiras. ¿Cómo?, pues atacando directamente a los motivos por los cuales mentimos desde nuestra mas tierna infancia. No, no hay que hacer nada extraordinario: 

  • Simplemente proporcionarles seguridad a nuestros hijos, hacer que se sientan seguros de nuestro amor, que sepan que son aceptados así como son. Infundiéndoles confianza para afrontar las situaciones que están por venir. 
  • Enseñarles a no temer estar solos, al contrario, enseñémosles a buscar esa soledad necesaria. Necesitamos estar solos para aclarar nuestras ideas, para pensar, para no hacer nada, simplemente para estar con nosotros mismos. Ayuda a nuestro propio crecimiento personal y nos ayuda a aceptarnos, porque sin ello no podremos nunca aceptar a los demás ni ser aceptados.
  • Enseñarles a buscar las buenas compañías, las que nos aportan y las que a su vez nos dan seguridad y enseñarles también a "ser" una buena compañía.
  • Enseñarles las implicaciones de las mentiras, de todas ellas.
  • Enseñarles a socializarse en la alegría y el optimismo.
  • Y sobretodo, demos ejemplo.

jueves, 24 de noviembre de 2011

El "Juguete" Estrella


¿Quieren saber cual ha sido el mejor "juguete" para mi hijo, con diferencia  y desde hace meses?. Éste;


Sí, la cesta de las trabas para tender la ropa es El "Juguete" Estrella...

En su momento pensé que sería algo temporal pero ya tiene 15 meses y si pilla la cesta deja lo que tenga entre manos para entregarse a la aventura de revolver, tirar y esparcir todas las trabas. En medio de tanta explosión de colores, de repente, decide compartir la emoción y viene a buscarme para que nos sentemos juntos a disfrutar del carnaval. Quizás sea porque no siempre la tenga a su alcance pero el caso es que no ha pasado de moda. Y no es porque no tenga juguetes, tiene un baúl lleno hasta los topes.

He estado pensando en esto ahora que tenemos encima las navidades y los comerciantes no paran de anunciar tanto juguete, carísimos muchos por cierto. Cada vez que los anuncian por la tele mi hijo se queda observando como si no hubiera nada ni nadie mas en el mundo, sobretodo si lo que venden es un camión. Sinceramente, ilusa de mí, pensé que aún me quedaba mas tiempo, creí que esa fascinación llegaría mas tarde, pero estaba equivocada, ya ha empezado y se irá intensificando.

Ni que decir tiene que nos pilló desprevenidos el día en que fuimos al supermercado y pasamos por la sección de juguetes. ¡No había manera de sacarlo de allí!. A pesar de todo, este año iremos escapando porque le atraen igualmente otras cosas. Ahora que todo se empieza a llenar de luces, decoraciones y de árboles de Navidad el niño no da abasto con todo lo que quiere ver. ¡Le faltan ojos!. Aprovecharemos también para enseñarle el valor de esas pequeñas cosas que ahora le parecen grandes y que luego tendemos a infravalorar y, de paso, nos servirá como ejercicio propio.

Echando la vista atrás, hasta mi infancia, y tratando de recordar juguetes a los que tuve mucho aprecio, la verdad es que fueron unos pocos y los recuerdo perfectamente de entre tantos que tuve. Pero cuando trato de recordar momentos realmente divertidos y que quedaron grabados en mi memoria con especial cariño, recuerdo los días en que mis hermanas y yo nos metíamos en una caja de cartón y jugábamos durante horas o los días en que nos bañábamos en la azotea con la manguera y mojábamos todo. Momentos compartidos con personas, donde lo importante es la compañía y la calidez humana.

Hoy, recordando aquellos días vuelvo a ser la niña que un día fui y me entrego yo también a la aventura de tirar las trabas de tender la ropa con el pequeñín, porque esos son los momentos que perduran, los imborrables.