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lunes, 17 de diciembre de 2012

El Hijo Preferido



Hace un tiempo me topé con el poema que aquí les copio literalmente. No se quién lo escribió por mas que he buscado así que no puedo darles un autor. Lo importante en sí mismo es el contenido de dicho poema

En mi caso, tengo solo un hijo así que, sí, es mi hijo preferido. Siempre me he preguntado cómo se sentirá el tener mas de uno. Entiendo que puedas tener cosas mas afines con unos que con otros pero al final, los quieres a todos por igual, o así debería ser. Pero no siempre ocurre, lo he visto. A veces el día a día toma caminos inesperados, nos relajamos en nuestra enseñanza y no hacemos nada por rectificar. Nosotros, los padres, somos quienes debemos mantenernos siempre en guardia, siempre corrigiendo el camino, siempre velando por la unidad familiar. Siempre pendientes, siempre amorosos... 

Los padres siempre serán padres y los hijos siempre serán hijos aunque a su vez también sean padres. Todos esos roles deben estar completos, satisfechos para poder dar a manos llenas lo que también estamos recibiendo. Siempre pendientes, siempre amorosos...

Cuando dejas de ver a tus hijos como parte de ti estás poniendo barreras entre ambos y lo que es peor aún, entre ellos mismos.

El Hijo Preferido

Cierta vez le preguntaron a una madre cuál era su hijo preferido

aquél que ella más amaba.

Y ella, dejando entrever una sonrisa, respondió:

"Nada es más voluble que un corazón de madre.

Y, como madre, le respondió:

El hijo predilecto, aquél a quien me dedico de cuerpo y alma:

Es mi hijo enfermo, hasta que sane.

El que partió, hasta que vuelva.

El que está cansado, hasta que descanse.

El que está con hambre, hasta que se alimente.

El que está con sed, hasta que beba.

El que está estudiando, hasta que aprenda.

El que está desnudo, hasta que se vista.

EL que no trabaja, hasta que se emplee.

El que está de novio, hasta que se case.

El que se casa, hasta que conviva.

El que es padre, hasta que los críe.

EL que prometió, hasta que cumpla.

El que debe, hasta que pague.

El que llora, hasta que calle."

Y con un semblante bien diferente a aquella sonrisa, finalizó:

" El que ya me dejó, hasta que lo reencuentre."